El SAT advierte a los contribuyentes que la facturación falsa amerita cárcel.

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Las empresas factureras dedicadas a comprar y vender facturas para simular o amparar operaciones inexistentes, incurren en una defraudación fiscal y “lavado de dinero”.

De acuerdo con el artículo 108 del Código Fiscal de la Federación (CFF), comete el delito de defraudación fiscal, quien, con uso de engaños o aprovechamiento de errores, omita parcial o totalmente el pago de alguna contribución u obtenga un beneficio indebido.

Por eso, como parte de la política en contra de la corrupción, el SAT advirtió a todos los contribuyentes evitar caer en esos delitos establecidos en el CFF.

Los contribuyentes pueden tener en su poder facturas falsas sin que se den cuenta. Esto ocurre cuando se pagan gastos como viajes, restaurantes u operaciones con proveedores. Siendo la responsabilidad de quienes emite esas facturas.

La pena de prisión no solo será para las personas que emitan las facturas falsas, sino para los que, por medio de un tercero, utilicen o expidan los comprobantes fiscales apócrifos.

Usar facturas falsas puede salir caro. La evasión y la defraudación fiscal se castigan con sanciones y multas económicas que pueden llegar a ser muy elevadas:

  • Le pueden cerrar su negocio.
  • Le pueden congelar sus cuentas bancarias.
  • Si el Proveedor Autorizado de Certificación (PAC) incumple con las validaciones de los CFDI, se impondrá una multa de 10 a 20 pesos m.n., por cada CFDI.
  • El contribuyente que expida una factura sin los complementos correspondientes será sancionado de 400 a 600 pesos m.n., por cada CFDI.

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